“No los mueve, no decide”, denunció el presidente de Proindesa, Alberto Mariño Samper:
Mariño asegura que hoy la atención de los puntos críticos de la vía Bogotá-Villavicencio cuesta 2,9 billones de pesos, pero advierte que, si primero no se organiza el territorio, aparecerán más puntos críticos o se dañarán los arreglos que se hagan.
Organizar el territorio se refiere a no seguir permitiendo hoteles, cultivos y otras actividades antrópicas en la montaña cercana a la carretera Bogotá-Villavicencio porque generan deslizamientos como el del kilómetro 18 en Chipaque.
Mariño señaló al hotel La Herradura, en Chipaque, como uno de los responsables por el deslizamiento en el kilómetro 18
Redaccion: Noticiero del Llano