El presidente de Proindesa y exdirectivo de Coviandes, Alberto Mariño, advirtió que la remoción del derrumbe en el kilómetro 18 de la vía Bogotá–Villavicencio podría tardar un par de meses, siempre y cuando el clima permita avanzar en el secado y extracción de la tierra.
Mariño señaló que la meta es habilitar completamente la vía a finales de 2025, aunque el cumplimiento dependerá tanto de las condiciones climáticas como de la colaboración de la comunidad local.
El dirigente explicó que la emergencia no solo afecta la movilidad, sino también a los campesinos de la zona, quienes dependen del riego de sus cultivos. “La solución no es sencilla. Implementamos medidas provisionales, pero la definitiva requiere atender todo lo que rodea la carretera”, indicó.
Advirtió además que el desarrollo agrícola descontrolado en los municipios cercanos y la falta de planeación urbanística son factores que aumentan el riesgo sobre la carretera. “Las explanaciones en zonas aledañas, tanto superiores como inferiores, terminan afectando la vía. En sectores como Chipaque se están construyendo viviendas en zonas de alto riesgo, lo cual incrementa la vulnerabilidad”, puntualizó Mariño.
Fuente: Noticiero del Llano
