En este acuerdo participan los ministerios de Ambiente y Agricultura y el Banco Mundial.
El instrumento permitirá movilizar hasta 40 millones de dólares para fortalecer un modelo de desarrollo rural bajo en carbono en esta región estratégica del país.
Esta fase fortalecerá la acción climática en los territorios rurales, impulsará la restauración de ecosistemas y promoverá modelos productivos sostenibles que generen ingresos para comunidades campesinas, indígenas, afrodescendientes y otras poblaciones rurales.
“Gracias a la colaboración que hemos construido con el Banco Mundial y con los gobiernos de Alemania, Noruega y el Reino Unido, podremos poner en marcha un programa bajo el mecanismo de pagos por reducción de emisiones, que reconoce y compensa económicamente nuestra capacidad de conservar ecosistemas, lo que para nosotros es una garantía para seguir apoyando a las familias que, desde sus territorios y a través de prácticas de producción agro-campesina local, sostienen y protegen estos ecosistemas estratégicos. Quiero enfatizar que este programa se implementará específicamente en la Orinoquía colombiana.
Allí es fundamental fortalecer las economías campesinas que tienen un enorme valor por su agrobiodiversidad. Esa agrobiodiversidad es la que asegura la conservación del agua y mantiene en pie la vida que depende de los bosques”, declaró la ministra.
Redaccion: Noticiero del Llano
