Un reciente informe de la OCDE revela que estudiar una carrera ya no garantiza acceder a un empleo, como sucedía en generaciones anteriores. Los datos muestran que los jóvenes de 25 a 34 años que no terminaron el bachillerato presentan una tasa de desempleo del 10,3%, mientras que quienes completaron la educación media pero no avanzaron a estudios superiores enfrentan un 12,1%. Sorprendentemente, quienes alcanzaron un título técnico o universitario registran una tasa de desempleo del 11,2%.
El panorama se complica con la cifra de jóvenes “ninis”, es decir, que ni estudian ni trabajan: más del 25% de los colombianos entre 18 y 24 años se encuentran en esta situación, frente a un promedio del 14% en los países de la OCDE. Esto refleja un desperdicio del capital humano de toda una generación y aumenta el riesgo de exclusión social y desempleo estructural entre los graduados.
Expertos señalan que el país necesita alinear la educación con las demandas del mercado laboral, fortalecer la creación de empleo formal y fomentar políticas de inserción laboral para los jóvenes, con el fin de aprovechar plenamente su talento y reducir la informalidad.
Fuente: Noticiero del Llano