El presidente seccional, Eduardo Rozo Briceño, explicó que la iniciativa contempla un vivero escolar autosostenible que ofrece a niños, niñas y adolescentes un espacio seguro y significativo para el aprendizaje, en un territorio históricamente afectado por la violencia.
Este vivero no solo impulsa el cuidado del medio ambiente y la seguridad alimentaria, sino que también transforma el conocimiento en experiencia práctica, fortaleciendo habilidades y competencias en los estudiantes a través de su construcción y mantenimiento.
El proyecto también ha promovido la convivencia pacífica, el respeto por los derechos humanos y los valores fundamentales, motivando a los jóvenes a convertirse en multiplicadores de saberes en sus hogares y comunidades.
“Con este tipo de acciones, seguimos apostando por territorios resilientes, entornos protectores y oportunidades reales para la niñez y la juventud del Meta”, manifestó Rozo Briceño.
Fuente: Noticiero del Llano